Idea y producción: un buen grupo de dominicanos que gusta de su música como tema de introducción en sus turnos al bate cuando sean dueños de casa. Ni hablar de que en los camerinos también suenan con fuerza.
Carlos Santana lo baila antes de cada partido, en un ritual que incluye el acompañamiento de sus compañeros de Cleveland, sin distinción entre latinos y anglosajones.
“Doy mi pequeño show en el dugout. Los muchachos me hacen una ronda y doy mi bailadita de dembow. Eso no falla”, dice el receptor de los Indios a elCaribe antes de una faena de entrenamiento primaveral en Goodyear, Arizona.
De sus palabras se infiere que Santana sabe sus pasitos. “Tuve que aprender. Uno tiene que estar a la moda y no podía quedarme atrás”, añade.
José Reyes tiene un estudio en su casa y debe ser el más connotado exponente del popular ritmo entre los criollos. El paracorto de los Marlins, cuyo apodo es La Melaza, le da clases a cualquiera. Saluda con expresiones como “De lo mío, qué es lo que usted dice”, “mi herrrrma” “no bulto” y otras más de corte urbano.
“Este año vengo con un disco de Black Point y otro de Chimbala”, revela Reyes sobre sus planes para el comienzo de la campaña. “De Black Point me gusta el disco me quité, pero en el camerino se escucha de todo. Hay que apoyar a los muchachos del género de nosotros. Secreto es de mis favoritos. Yo siempre ando con mi chaleco”, agrega el nativo de Palmar Arriba, Villa González, Santiago de los Caballeros, en franca alusión a uno de los temas que puso en boga el cantante de Villa Consuelo.
Trabajan en uno
En el conjunto de los Marlins, Hanley Ramírez, Emilio Bonifacio y Reyes preparan una producción especial.
“Vamos a tener un dembow de nosotros. Vamos a componerlo con todo. Aun no sabemos cómo se va a llamar, pero Dios mediante lo tendremos en el aire”, dice Hanley.
Bonifacio le llama al grupo “Dominican Trío” y en sus declaraciones lucen bastante coordinados. El eslogan del veloz jugador es “lo viste”, mientras que el de Ramírez es “callando bocas”, frase que utiliza como motivación para silenciar a sus críticos.
“Uno se motiva con ciertas cosas y esa es la mía para este año. No me refiero a nadie en específico, pero a todo el que quiera criticar le tenemos el callando bocas”, manifiesta Hanley, que viene de un año de pobre producción y una tormenta de comentarios negativos.
Ramírez, que este año estará en la tercera base de los Marlins, también se declara admirador de lo que considera “los muchachos del patio”.
“Secreto, Black Point, Mister Manyao, Chimbala, El Batallón, Don Miguelo, en fin, todos esos muchachos que llevan esa música, nos ponen a bailar y a gozar cuentan con mi apoyo”, apunta Ramírez.
Erick Aybar, el paracorto de los Angelinos, empezó en la pasada campaña a utilizar algunos de los temas del mencionado ritmo y tiene planes de continuar.
“Uno se motiva y va al plato contento. Uno batea encendido como uno dice”, expresa el nativo de Baní que se le conoce por el mote de “El Menor”.
“Vamos a ver cuál tema ponemos este año, pero será de dembow. A mí también me gusta el mambo”, señala.
Otros como el bateador designado David Ortiz y el intermedista Robinson Canó también pertenecen al conglomerado que prefiere reggaeton y dembow cuando juegan en Fenway Park, de Boston, y el Yankee Stadium, de Nueva York, respectivamente.
El dembow tiene representantes y de Grandes Ligas.
Los que gustan del merengue y la bachata
A Rafael Furcal, Octavio Dotel y Nelson Cruz les gusta el merengue y la bachata. “A mí me encanta mi merengue típico. En eso todo el mundo está claro”, dice Furcal, quien es un ferviente seguidor de Fernando Villalona.
“Yo soy de Anthony Santos”, dice Cruz, nativo del mismo pueblo (Matas de Santa Cruz) del bachatero. “No es que no escuche otros ritmos. Soy un amante de la música, pero Anthony Santos es otra fragancia”, expone Dotel.
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